El uso de estas herramientas tiene una serie de ventajas, como reducir los costos de cobranza y llegar a la base total de morosos de forma automatizada, pero también permite aumentar el porcentaje de recuperación de cartera, de acuerdo a la experiencia de algunas compañías.
Según estimaciones del Banco Central, entre un 20% y un 30% de los recursos movilizados por las ayudas del Estado y los retiros de las AFP, respectivamente, fueron destinados al pago de deudas. Así lo menciona Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián (USS), quien destaca que “los retiros movilizaron cerca de US$ 50 mil millones y las ayudas del Estado en torno a los US$ 25 mil millones”. Y añade que al evaluar la morosidad de forma particular, según información con la que cuenta la USS, la deuda llegó a cerca de US$ 12 mil millones en el peak de la pandemia, mientras que hoy está en torno a los US$ 9.500 millones.
“Si asumimos que el origen de todos estos recursos provino de los retiros de los fondos de pensiones, no representan más del 4% del total de los recursos movilizados. Por lo tanto, aun cuando parte de ellos han sido utilizados para el pago de deudas, la gran mayoría ha sido destinado a consumo”, plantea Weber.
De hecho, según el XXXV Informe de Deuda Morosa, elaborado por la USS y Equifax, el último trimestre de 2021 anotó un incremento de 0,1% en la cantidad de personas morosas respecto a julio-septiembre, la primera alza en esta cifra desde septiembre de 2020.
Frente a este escenario, una investigación de McKinsey asegura que una estrategia de cobranza digital ha hecho que algunas instituciones registren reducciones del 20% al 25% en la tasa de préstamos morosos, lo que va asociado a ahorros de costos, mejoras de productividad, menor riesgo de conducta institucional y un aumento superior al 25% en las interacciones con clientes.
El estudio revela que los clientes con interacciones digitales como primera opción realizan pagos 12% superiores a los contactados por los canales tradicionales.“La mejora resultante para la consistencia de la comunicación y la toma de decisiones también genera eficiencias de costos y reduce el riesgo de conducta de las entidades”, sostiene.
En Chile, la cobranza digital también presenta ventajas en la disminución de la morosidad.“Hoy, la digitalización permite evidentemente una mejor y más eficiente gestión de cobro, pues con los avances en facturación electrónica, el seguimiento posterior de los documentos se hace mucho más sencillo, y si a esto sumamos los avances y herramientas tecnológicas, la ayuda de implementar tecnología a la cobranza permite procesos más eficientes”, dice María Jesús Pedrero, gerente de Riesgo de Factor Plus. Así,“los procesos son automáticos y la información es en línea, lo que mejora la información disponible, la toma de decisiones y los resultados de la empresa”, asegura.